Hace algunas semanas nuestra vida como la conocemos fue afectada repentinamente por un virus de rápida propagación que provocó una alarmante crisis de salud a nivel global (SAR-COV-2 “COVID” o “Coronavirus”). Como individuos ante este difícil escenario lo más prudente ha sido seguir las recomendaciones de las autoridades pertinentes a fin de reducir el riesgo, resguardar a tu familia y hacer tu parte para proteger a otros.
Como consecuencia de esta complicada situación, también se han visto afectados otros aspectos de nuestra cotidianeidad, uno de ellos, es el ritmo económico. Muchos negocios han sido afectados en sus múltiples actividades en mayor o menor medida, dependiendo de las restricciones relacionadas con el COVID y de distintas situaciones resultantes de la propia desaceleración económica. Solo por mencionar algunos de los efectos negativos:
- Afectaciones en la cadena de suministros, tanto locales como por restricciones de comercio exterior.
- Disminución o disrupción en la producción de bienes.
- Disminución en demanda de productos, implicando reducciones de ingresos y cierre de puntos de ventas físicos.
- Suspensión de planes de expansión ante incertidumbre.
- Respecto a indicadores financieros se ha disparado la volatilidad en tipos de cambio, precios del petróleo, tasas de interés, entre otros.
- Para algunas empresas se ha complicado la obtención o ampliación de financiamiento.
- Hay múltiples efectos colaterales de negocio, por ejemplo, una reducción en demanda de ciertas materias primas deriva en un alza en precios de materias primas. Una baja de ingresos de nuestros clientes complica la recuperación de cartera y por ende genera problemas de liquidez para pago de pasivos, etc.
- Sin duda las empresas se comienzan a preocupar sobre una posible falta de liquidez.
Industria automotriz, construcción, turismo, restaurantera, real estate, manufactura, aerolíneas y espectáculos, serán las industrias más afectadas.
Por otro lado, también hay efectos positivos en otros giros, por ejemplo, incremento de producción y demanda en sector de alimentos procesados, uso de tecnología respecto a la transmisión de datos y comunicaciones, servicios de salud, comercio electrónico, entre otros.
Desde el punto de vista financiero y con óptica de análisis de economía macro, este fenómeno fue y es considerado como extremo, imposible de predecir y mucho menos de calcular; de ahí la metáfora de la Teoría del Cisne Negro, refiriéndose a los sucesos inesperados de gran magnitud y consecuencias sumamente importantes en la historia. Estos hechos, considerados atípicos extremos, colectivamente juegan roles mucho más grandes que los sucesos regulares y que se puede explicar desafortunadamente solo de una manera prospectiva (después de los hechos y sin mayor predicción).
En este punto las administraciones tomarán las acciones necesarias en función de los hechos y circunstancias particulares de su negocio, la cuales podrían implicar:
- En primera instancia realizar evaluación autocrítica para conocer la situación de manera real y objetiva, basado en posición en el mercado, flujos, etc.
- Ayudar a informar de manera adecuada al personal sobre la situación existente dentro y fuera del negocio.
- Sin duda en ciertas áreas de la empresa (por ejemplo, administrativas, marketing, RH, etc.) es viable la aplicación del Home office, este se debe establecer de manera ordenada, tomando en cuenta capacidad tecnológica, infraestructura, conectividad, pero sobre todo, se debe contar con seguridad en la información, realizando un importante esfuerzo de capacitación respecto a riesgos tecnológicos (Por ejemplo Phishing).
- Revisar semanalmente planeaciones de flujos con análisis de estrés ante diferentes escenarios.
- Llegar a acuerdos con clientes sobre cuentas por cobrar pendientes, esto basado en análisis previos donde midamos nuestras capacidades de flujos y pensando en una relación con nuestros clientes que perdure durante y después de esta situación.
- Considerar la opción de la posible disposición de activos no necesarios
- Reestructuración de esquemas de producción, reconversión de activos y espacios no utilizados, incluso adaptaciones de plantas para producción de nuevos productos demandados.
- Aplicar protocolos para cambios de proveedores para no interrumpir cadenas de suministros y/o realizar alianzas estratégicas con nuevos (o existentes) proveedores para el fortalecimiento de cadenas de suministro.
- Renegociación de financiamientos actuales (plazos, tasas de interés, etc.), evaluar contratación de coberturas de tipo de cambio o tasas de interés.
- Acercamientos con proveedores de materias primas, servicios, arrendamiento para tratos con visión ganar-ganar.
- Pensar en conversiones, eficiencias e incluso nuestras estrategias de ingresos ante cierre de puntos físicos de venta (por el fortalecimiento de e-commerce).
Hoy más que nunca es necesario contar con información financiera que cuente con características de confiabilidad, relevancia, sea comprensible, valiosa y ayude a los distintos usuarios de la información (Decision maker, accionistas, directivos, Alliance partners, etc.) a poder tomar las decisiones adecuadas para enfrentar esta complicada situación.
Sin duda tomar una decisión complicada basada en información incompleta y/o incorrecta pudiera conllevar a empeorar o comprometer la situación del negocio.
En Aureus te apoyamos con análisis de información y emisión de recomendaciones. Consulta nuestro ANÁLISIS POST COVID para asegurar la continuidad de tu negocio.